Me negué a escribirlo por mucho tiempo, como si al escribirlo, tal como decirlo en voz alta, vale decir, verbalizarlo o procesarlo procesarlo y ordenarlo en mi mente, lo hiciera más real, más tangible, más concreto; como si al hacerlo sellara mi destino hacia un error conocido y previamente cometido.
Sé que teclas pulsar, como hablar y qué gesto hacer para desarmarte. Siempre empieza y termina con un escrito como este. "No necesito ni deseo cumplir todos mis caprichos" me digo, me dio y me repito. Pero me tienta y mientras más esquivo más me tienta.
Y nos hallamos como siempre en medio de un macabro juego de Combate Naval
-F14
-Aguas. A4
-Aguas.G8
-Acorazado. B11
-Aguas. G1
-Convoy
Destruyes mis navíos sin piedad, con un sadismo que se te antoja exquisito. Uno tras otro van cayendo y no emprenden retirada; se mantienen estoicamente erguidos. Y no se de donde aparecen refuerzos, porque este combate pareciera llevar siglos y mis bajas cuantiosísimas, y por más buques y acorazados que hundes no te dejo vencer ( no me dejo vencer) la guerra ¿por qúe? ¿por qué no sucumbir al cómodo y tibio sitio de la derrota? Y es porque no está en mis manos; porque combato herida de muerte y ciega de razón, un dulzor de sangre inundando mi boca.
Me niego a nombrar esta ceguera. Me produce repulsión la toxicidad de una relación enfermiza, pero no la puedo soltar.