Tal vez un día, cuando resuelvas tus porqués, me encontraras al final del arcoiris. Yo estaré como dormida, desnuda sobre un pasto lleno de sol y con una venda en los ojos. Como una extraña imagen de la justicia. Me vas a despertar -igual que a la bella durmiente- y seguro no recordaré nada después de mi espera infinita. Y tendrás que contarme todo de nuevo. Y tendré que confiar en que sabrás hacerme reír otra vez. y contarme todas las locuras que hicimos juntos de tal manera que no pueda esperar para ser esa niña de nuevo.
Y ahí donde nos encontramos no hace frío, y el pasto nos acaricia la espalda y todo se siente igual que esa primera vez pero en lugar de nervios hay plenitud... plenitud y mucho sol.
Tal vez.
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