Caminar las calles que siempre caminábamos, los lugares, las micros es como andar en un pueblo fantasma. Es como si nos fuera a ver salir desde cualquier esquina yo con tu parka y tu con mi mochila. Es todo tan increíblemente triste que desearía poder volver el tiempo atrás, incluso significando volver al maldito colegio y quedarme ahí para siempre, viviendo las mismas dinámicas que creí nunca se iban a acabar. Me siento como una insegura, pero no una adolecente insegura, una insegura ya muy adulta para auto compadecerse y que se reprende por hacerlo con kilos de culpa, culpa que viene con mucha comida, kilos y más culpa. La música de mi ipod, las paredes de mi pieza, las cosas que escondí en el fondo de mi clóset por las que ahora debo sacar la ropa con los ojos cerrados. Soy una vieja triste y sola que solía ser una niñita muy madura para su edad llena de atributos y gente que la quería. Ahora me doy cuenta que todo lo que alguna vez tuve era una persona incondicional y que con eso pensaba yo tenía la vida ganada. De un día para otro perdí todo lo que tenía, a ti, y me trasforme en esta vieja obesa que no ha hecho nada en la vida y no encuentra motivos para hacer nada y aunque quisiera ya se pasó el tiempo. Ya no me puedo escudar en la adolescencia para justificar malos modos o el tener que probarse todo el tiempo, eso ya lo debería tener solucionado hace tiempo, ahora me parezco una ridícula persona con comportamientos de niña cuando ya esta mayor. Me doy vergüenza: toda la vida fui un fraude siempre con el pecho inflado, siempre adelante, directa y con la opinión en los labios. "la tiene tan clara esta niñita, es tan talentosa" no sra. nunca fue así, esa niñita es un fraude, solamente tiene alguien que la sostiene por debajo y por eso se ve más alta. Soy una pobre mina echa bolsa porque un pobre tipo la dejo. Triste, pero cliché, nada nuevo, nada especial, nada más.
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