Heartbreaker's gone Brokenhearted

Cada día miércoles en la mañana, en algo así como un duermevela semi-conciente, sueño con pasar mis dedos por tu pelo, sentir el peso de tu cuerpo y como mi cabeza se pierde en tu esencia. Siempre hay una música que suena atrás despacito y una luz artificial de color azul que me parece viene de un notebook abierto. Quiero estar ahí, quiero hacer las cosas bien, pero en su lugar solo encuentro una confusión dolorosa que no me deja vivir tranquila (o solo vivir). Hubo un momento en que los minutos me pesaban tan lentamente que cada respiración pesaba una tonelada y solo quería que parara. Quiero que pare, necesito que pare, no doy más. Siento que me voy a terminar de quebrar en cualquier minuto y que yo soy una muñeca inútil sin capacidad de decidir nada. Mi inconsciente es un maldito traicionero que no hace más que repetir viejos patrones, que cada vez que toma el celular marca tu inicial en los contactos. Necesito llorar y gritar hasta deshacerme sobre esa persona que aguanta y conoce lo más terrible y bajo de mi, pero esa red ya no existe así que caigo, caigo y sigo cayendo. No parece tener final esta caída, hace frío, está muy oscuro y tiemblo, tiemblo tanto que me cuesta llorar.