Es que derrepente me descubro siendo sin ti y me descoloco, me desdoblo, me pierdo de mi misma y me cuestiono quién cresta creo que soy. Y caigo en un vacío denso y ligero, una gravedad extraña, como una seda translúcida de color gris que tiene aires de vaticinio.
Tan perdida sin ti, Norte.
Tan brutal la anagnórisis, de que me puedo perder para siempre, mudar a la China, comprar muebles de diseño escandinavo en Ikea, volverme motoquera, hacerme cien tatuajes. Puedo borrarme y reescribirme y aquí adentro seguiré siendo la yo de ti. Y en todo ese periplo mi alma/corazón congelada en el tiempo como si fuera un sueño infinito. Una gran parte de mi piensa que no ha pasado nada -Tonta, ingenua, egoísta-, que puedo volver a mi realidad si me desconecto de mi GTA kawai.
Pucha que te eché de menos este finde.
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