Quizás Porque

Es curioso como aún estando en contra estamos de acuerdo, como sin darnos cuenta vamos cediendo hasta llegar a un común punto de vista; aún cuando ni tu ni yo hayamos cambiado de parecer en absoluto. Es, ha decir verdad, una mentira, pero una pequeña mentira, que nos da una escusa para mirarnos de reojo y morirnos de la risa, así de simple; para poder desafiarnos de ambos lados de la mesa: medio en serio medio en broma.

Es raro eso ¿no? ¿Mentirnos apropósito para jugar a ser enemigos por un día?

Me da risa, digo ¿no somos a caso demasiado parecidos?

Tú, guapísimo como no sabes, con esa extraña afición a las películas de mala calidad, un desapasionado lector y de una convicción vasta en inconsecuencias y yo, cinéfila, bibliotecómana e idealista.

Tú, de movimientos ágiles, todo un cientista y yo efectivamente torpe y con vocación social.

Tú, que crees que el mundo es un bodrio, que no se pude cambiar y yo que vivo soñando con revoluciones y movimientos.

Tu con tu Mc McCartney y yo con mi Lennon

¿no somos acaso demasiado parecidos?

Si tu dices si yo digo no,

Si tu dices no yo digo si,

Si ambos decimos si, nos sorprendemos, nos rehuimos, nos precipitamos y ambos decimos no; entonces nos reímos.

y nos reímos y nos reímos…

Carta Abierta Al Ministro Espejo >> Innecesarias Reflexiones Urbanas

Estimado sr. Ministro:

Escribo para informarle que ha cometido un craso error, UD sr. Ministro lleva poco más de lo que ha durado en su cargo pecando de un sórdida ingenuidad. De verdad creyó que podía hacer de esta ciudad tercermundista un modelo cosmopolita como el de Londres o Australia? Habrá los ojos señor ministro, de verdad creyó que podía llenar esta ciudad de colores números y letras vistosas y modernos sistemas? De verdad creyó que iba a lograr que la población chilena aprendiera por fin a leer una etiqueta?

Ud cree que la madame desdentada que lleva aproximadamente quince días apareciendo y reapareciendo en televisión que le llama la atención en un lenguaje extremadamente burdo respeta en algún grado el radical proyecto que esta intentando poner en marcha “¿shiñor minishro usted anda en micrho o nu-anda en micrho?”

Cree ud que a los manifestantes que le hicieron firmar una hoja arrugada les interesa o aún más les preocupa que UD lleve más de un mes sin dormir? La respuesta señor ministro es NO… a ningún ínfimo poblador de esta hermosa ciudad le interesa en lo más mínimo lo que a UD le pase o le deje de pasar al igual que a su esplendoroso proyecto, a nadie le interesa si el problema es de cantidad o de frecuencia… sr ministro váyase de vuelta a su universidad a diseñar maravillas modernas para países desarrollados, con ríos limpios, y pobladores avispados ; ni 20 años más de temple van a hacer que ese hablar tan ingenuo como el de un pequeño que se ha aprendido su disertación de memoria se le pase… No señor, porque somos un pueblo bruto, con gente que no es capas de aceptar el cambio, gente tonta incapaz de leer un mapa aprueba de diputados; No, no van a parar de hacer paros y las manifestaciones sin argumentos van a seguir si UD sigue a si de blando por dios! Es que no se da cuanta que esta frente a la más grande población de IGNORANTES reunidos en un mismo lugar, que se encuentra ante gente que, y esta probado mediante estudios, es completamente incapaz de hacer una mamadera? Entiende mi punto sr. Ministro? Lo que ud trata de hacer es completamente IMPOSIBLE, y sin embargo le deseo de todo corazón que le resulte.

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Fer , Opinando a destajo

El 3027 > Innecesarias Reflexiones Urbanas

Hay mucha gente que le carga andar el colectivo; que le da miedo en otras palabras. Para mi esto es absolutamente incomprensible ¿preferir un modelo mucho más individualista como el bus por miedo al secuestro? Dios! En que ciudad vivirán ellos, yo vivo en el Santiago Santiago, no en el Santiago de la UDI =/.
En fin! Dudo que alguien se resista al verdadero placer de andar en colectivo un vez que sepa apreciarlo; se trata de llegar a valorar el codo que te entierra el sr de al lado o de aguantar los insoportables gritos de la sra de al frente... de conocer aunque sea un poco de una realidad ajena y sin embargo tan similar como la que más.
El 3027 es mi colectivo por excelencia, lo tomo todos los lunes y martes hasta el 14 para embarcarme luego en toda la aventura que conlleva el querido Metro de Santiago. A veces me toca unos que es muy pequeño y que esta medio destartalado, la verdad ya le tomé cariño; lo conduce un señor muy bajito, moreno y bien entrado en años, las arrugas cercan su piel como una red de trabajo, presiento que ha trabajado duramente toda su vida bajo el sol y la decadencia de servidor público... así como el perro se parece a su dueño el medio de trasporte igual.
Algunos me dicen que estoy loca, que que hay en un auto donde vamos todos apretados, sudando, compartiendo un ínfimo pedazo de existencia; no ven que en eso exactamente consiste gran parte de nuestra vida. Tal véz en eso se resume todo, tratamos de memorizar cada gesto del otro, del legítimo otro sin darnos cuenta que no vivimos sino de recuerdos de pequeñas memorias que justifican sentimientos pequeños, humanos, hacia tal o cual.
Que las clasificaciones sociales están solo en nuestra mente, que tu ideología política no le hace ni cosquillas al país, que la vida entera se resume en eso, se te va en eso y luego de haber pagado los $350 y caminar un corto trecho despreocupado vas a arribar a lo desconocido y a tomar un tren sin nombre.
Ves al conductor intentando adivinar su nombre- Juan-piensas - su mujer se llama María y debe tener ya unos 47 años; tiene dos hijos: Marcos, que esta por terminar el técnico y Jenny que ya entra a 8vo año. Juan nunca termino los estudios superiores, pero como su padre era mecánico aprendio el oficio rápido, hace unos años se cortó un dedo de la mano derecha y desde entonces ejerce como conductor. En este minuto esta pensando en como lo irán a hacer cuando Jenny pase 8vo, duda que le puedan dar el lujo de quedarme en el liceo y costearle una carrera, pero la verdad lo desea. Veterinaria quiere la niña le había dicho María, solo un gruñido y había seguido comiendo - claro. Le preguntas ¿pasa por el 14? y aún sabiendo la respuesta te suena enigmática esa repuesta no, no paso. hasta allá llego.

Fin