Monday, October 21, 2013

En la banca

No puedo evitar recordarnos en esa banca en que te quebraste ante mi. Una tarde de mayo o junio. Una tarde extendida al sol. Otra de esas en las que no nos queríamos dejar ir. No se como llegamos a tu infancia, a tu barrio y tus pantaloncitos de fútbol. Un niño larguirucho, con el pelo en la cara y un acento lindo. Salió corriendo al Parque Bustamante y me hizo correr con él de la mano. Me llevó a una cancha de tierra en otro país y yo me quedé mirándolo a los ojos, el sol se ponía formando una sombra juguetona. De pronto veo su carita llena de una pintura blanca que sale de su nariz y lo tengo el mis brazos, y quiero salvarlo de todo, y acogerlo cerca del pecho para que nunca se vuelva a sentir solo. Esa carita llena de lágrimas, tú carita temblando frente mio y yo que me abalanzo a besar cada una. Para hacerlas retroceder por donde vinieron, para borrar toda sombra de tristeza, para prometerte que es para siempre, que todo va estar bien. Entonces dijiste esas palabras, dijiste esto no se lo había contado a nadie nunca, y sentí que tenía un lugar en el mundo, que a pesar de todo si me quisiste, que era aunque sea un poquito especial.