Saturday, May 26, 2012

Excusas

Derrepente ella despertó. Allá en el pasto de un parque por allá por arriba. Abrió los ojos y se encontró con los ojos más nobles de la tierra, esa carita sonrosada y esa sonrisa contagiosa. Ella tembló, sentía sus brazos cruzados tras su espalda, su infinita firmeza protectora.
-¿Qué pasó?- preguntó él, y una sombra pasó por sus ojos dejando caer sus párpados preocupados-. Sus párpados, recordó ella, eso era lo que la embelesaba tiempo atrás. Sintió que hace siglos que no lo miraba de verdad... o tan de cerca. Todo su cuerpo dio un respiro y cuando abrió la boca para hablar se escucho desde muy lejos como si fuera otra persona. -Parece que me quedé dormida. Cuanto tiempo me fuí?- Entonces reconoció su propia mano, justo detrás de su cuello, jugueteando en ese surco que se le formaba desde la nuca hasta la espalda. Otro escalofrío, parecía tan real. -Creo que te dormiste un par de segundos.- dijo él con una sonrisa. Había un dejo de ternura en su voz." No se puede odiar a nadie al que se ha visto dormir".-Soñaste algo?- Entonces ella empezó a recordar... los lugares, las conversaciones incómodas, como lo había dejado, Góngora y Quevedo, García Montero y Bertoni, una película mainstream con un buen soundtrack, caminatas eternas hablando de revolución, un te amo, angustias y de pronto una sombra gigante y loop de dramatismo. El escalofrío que sobrevino entonces vino acompañado de los brazos de ella que enroscó con fuerza en su cuello mientras escondía su cara en ese triangulito que se formaba entre su oreja y su hombro. Respiraba agitada. Preocupado, él, tomándola de la cabeza con mucho cuidado bajó su cuerpo de tal manera que sus ojos quedaran a la altura de los párpados de ella, que cerraba los ojos furiosamente. - ¿Qué pasó? ¿qué soñaste?- Ella abrió los ojos como para comprobar si él seguí ahí. Estaba roja y sus ojos mojados en lágrimas de esas que no corren sino que se quedan ahí en los ojos de uno. Seguía ahí, con el pelo desordenado como siempre y genuina preocupación. -Fuí tan horrible... yo... no deberías estar aquí. Corre de mí, corre antes que sea tarde.-Él levantó su cara con un mano, haciéndola mirarlo directo a los ojos, ella alzó la vista como pudo con el peso de la culpa retrayendola. El la miró como si lo entendiera todo, siempre lo entendía todo como por arte de magia. Y con esa misma mirada noble que inunda de paz, guardó silencio y la abrazó. Y se abrazaron como dos personas desconocidas en la calle cuando termina la guerra, pero también como dos viejos amigos que se encuentran al final de la vida y ya no se acuerdan porqué dejaron de verse.


Creo que ahí desperté y ya no me acuerdo más.

Monday, May 21, 2012

Tal vez

Tal vez un día, cuando resuelvas tus porqués, me encontraras al final del arcoiris. Yo estaré como dormida, desnuda sobre un pasto lleno de sol y con una venda en los ojos. Como una extraña imagen de la justicia. Me vas a despertar -igual que a la bella durmiente- y seguro no recordaré nada después de mi espera infinita. Y tendrás que contarme todo de nuevo. Y tendré que confiar en que sabrás hacerme reír otra vez. y contarme todas las locuras que hicimos juntos de tal manera que no pueda esperar para ser esa niña de nuevo.
Y ahí donde nos encontramos no hace frío, y el pasto nos acaricia la espalda  y todo se siente igual que esa primera vez pero en lugar de nervios hay plenitud... plenitud y mucho sol.
Tal vez.

Wednesday, May 02, 2012

jirones de un extraño entrañable

Ojalá me pudiera quedar para siempre ahí, entre tus sueños y tu consciente. Me gustaría vivir en tu ficción, que pudiéramos escribir nuestra inedita historia sin las limitaciones que nos impuso este mundo terrenal. y que nos sintiéramos satisfechos, bien pagados, bien queridos. no así.
Me intrigan tus intrigas, me matan tus silencios, todavía leo tu nombre y el corazón me late en la boca. y me acuerdo de esa vez y de esa otra. Que sueño! que lejano se ve todo hoy. A veces me cuesta recordar, pero cuando te pillo desprevenido noto en tu abrazo como tu cuerpo no me guarda rencor, y algo en mi panza dice te extraño. Te extraño.
Déjame ser parte de tu vida ojitos dormilones quiero se tu cómplice una vez más, urdir contigo telarañas de conjeturas acerca de esto u aquello. y reírnos... por sobre todo reírnos. No laceres con indiferencia un cariño tan puro y poderoso. Que orgullo vale tanto que merezca perder algo como esto? No seas necio,
Te quiero.

ojalá fuera más perfecto, pero al menos es sincero