Thursday, January 04, 2007

El 3027 > Innecesarias Reflexiones Urbanas

Hay mucha gente que le carga andar el colectivo; que le da miedo en otras palabras. Para mi esto es absolutamente incomprensible ¿preferir un modelo mucho más individualista como el bus por miedo al secuestro? Dios! En que ciudad vivirán ellos, yo vivo en el Santiago Santiago, no en el Santiago de la UDI =/.
En fin! Dudo que alguien se resista al verdadero placer de andar en colectivo un vez que sepa apreciarlo; se trata de llegar a valorar el codo que te entierra el sr de al lado o de aguantar los insoportables gritos de la sra de al frente... de conocer aunque sea un poco de una realidad ajena y sin embargo tan similar como la que más.
El 3027 es mi colectivo por excelencia, lo tomo todos los lunes y martes hasta el 14 para embarcarme luego en toda la aventura que conlleva el querido Metro de Santiago. A veces me toca unos que es muy pequeño y que esta medio destartalado, la verdad ya le tomé cariño; lo conduce un señor muy bajito, moreno y bien entrado en años, las arrugas cercan su piel como una red de trabajo, presiento que ha trabajado duramente toda su vida bajo el sol y la decadencia de servidor público... así como el perro se parece a su dueño el medio de trasporte igual.
Algunos me dicen que estoy loca, que que hay en un auto donde vamos todos apretados, sudando, compartiendo un ínfimo pedazo de existencia; no ven que en eso exactamente consiste gran parte de nuestra vida. Tal véz en eso se resume todo, tratamos de memorizar cada gesto del otro, del legítimo otro sin darnos cuenta que no vivimos sino de recuerdos de pequeñas memorias que justifican sentimientos pequeños, humanos, hacia tal o cual.
Que las clasificaciones sociales están solo en nuestra mente, que tu ideología política no le hace ni cosquillas al país, que la vida entera se resume en eso, se te va en eso y luego de haber pagado los $350 y caminar un corto trecho despreocupado vas a arribar a lo desconocido y a tomar un tren sin nombre.
Ves al conductor intentando adivinar su nombre- Juan-piensas - su mujer se llama María y debe tener ya unos 47 años; tiene dos hijos: Marcos, que esta por terminar el técnico y Jenny que ya entra a 8vo año. Juan nunca termino los estudios superiores, pero como su padre era mecánico aprendio el oficio rápido, hace unos años se cortó un dedo de la mano derecha y desde entonces ejerce como conductor. En este minuto esta pensando en como lo irán a hacer cuando Jenny pase 8vo, duda que le puedan dar el lujo de quedarme en el liceo y costearle una carrera, pero la verdad lo desea. Veterinaria quiere la niña le había dicho María, solo un gruñido y había seguido comiendo - claro. Le preguntas ¿pasa por el 14? y aún sabiendo la respuesta te suena enigmática esa repuesta no, no paso. hasta allá llego.

Fin