Wednesday, July 11, 2018

Perspectiva

Hay días en que boto el humo por la ventana y me transporto. Me pongo en otro tiempo y me viene un desasosiego tremendo. Hay días en los que miro a mi alrededor y me doy cuenta que recorrí muchos kilómetros y muchas horas, que estoy mucho más lejos de lo que pensaba que estaba de ese punto distante que acabo de sentir en la piel. El velo siempre me sorprende. Entonces abro mis cuadernos y me leo la historia de mi misma. Mi parte favorita es la que más me duele y se mueve por tramos desde la más lejana hasta lo que pasó ayer. Sentimientos de tortuga. Hoy empieza otra mitología. El referente muere y queda la imagen congelada en poesía. Casi puedo rozar con los labios el cuerpo santo, allá en ese espacio mental que es como un santuario de roca. Tiene algo de paz y mucha pena transparente, como un suero triste. Alivio de encontrarte a salvo de este mono con navaja. Iluso mono que se cree redimido porque terminó de secar. 

Estoy creciendo a una velocidad absurda y no puedo creer que no estás conmigo. Tengo tanto miedo de dejar de conocerte, de saberte, de amarte no. Me quiero bajar, me quiero quedar, el mar me está arrastrando furioso a una vida otra y yo me pierdo. Yo de ti me pierdo. Me transformo, me diluyo, me convierto, me expando. Tengo todo menos claro, pero se siente más real. No te quiero mentir, te quiero soñar.  Pienso pensamientos nuevos todos los días y no se que estás pensando. Se desdibuja mi fantasía de futuro y entra espacio, mucho espacio vacío. Electrizante, frecuencias muy bajas y danzas densas. Flotando en el espacio quedan ecos de sensaciones, olores que me hacen buscarte entre la gente. Una inhalación y nos dejamos.

Monday, July 09, 2018

Que culpa tiene el gato

Si me baja la honestidad en la noche, si mando mensajes tarde que borro y no me atrevo a mandar. Como se grita en callado, como un amor enrarecido que quiere ser puro puro y mirar de frente. Pero se esconde agazapado en un callejón cubierto por la sombra de los papeles no recogidos que volaron del mesón. Y el ánimo de confesar que me baja cuando se me desordenan las convenciones morales y me vuelvo animal salvaje herido de un extrañar tan tremendo que se traga el mundo y lo deja a oscuras. Como he armado en mi cabeza los mil quinientos escenarios, los planes más intrincados, los finales más delirantes y una felicidad tan absoluta que revienta y excede las murallas de tu casa. Que ganas de ser menos correcta, que ganas de ser menos hipócrita, que ganas de saltar al vacío y usar por fin todas y cada una de mis palabras sin temor a que parezcan catedrales, con certeza de monólogo final, con oblivio de supremacía. Encerrarnos a vernos por horas, comer de tu muñeca y besar de tu hombro, nacer de nuevo.
Pero ay! El tiempo se congeló en medio latir de invierno y el corazón mareado te busca sin encontrarte. La imagen no es la presencia ni las pantallas tu verso vivo. Anagnórisis de frío invierno una ausencia demoledora que escoce y dan ganas de gritar, de gritar de ausencia, de impotencia, de cobardía, pero sobre todo de extrañarte como se extraña un riñón. Pensarte hasta desquiciarme y luego dejar ir otra vez. Querer ser semidiosa, mujer dorada, resuelta, imponente y al mismo tiempo querer espantar de puro punk. Te quiero escandalizar y sacar de quicio porque ya no inspiro ternura. Y como perra patética amarte y odiarte por cada coma que no me estás amando, como una adolescente fuera de proporción. Abrazar al gato que feliz en su ignorancia imagina conmigo donde duermes ahora y si piensas alguna vez en nosotros.