Sunday, August 01, 2010

Combate Naval

Comparto contigo conversaciónes imaginarias. Intensos diálogos cotidianos detonados por esto u aquello, algo que me recuerda a ti... y es que cuando estoy a solas todo me recuerda a ti.
Me negué a escribirlo por mucho tiempo, como si al escribirlo, tal como decirlo en voz alta, vale decir, verbalizarlo o procesarlo procesarlo y ordenarlo en mi mente, lo hiciera más real, más tangible, más concreto; como si al hacerlo sellara mi destino hacia un error conocido y previamente cometido.
Sé que teclas pulsar, como hablar y qué gesto hacer para desarmarte. Siempre empieza y termina con un escrito como este. "No necesito ni deseo cumplir todos mis caprichos" me digo, me dio y me repito. Pero me tienta y mientras más esquivo más me tienta.
Y nos hallamos como siempre en medio de un macabro juego de Combate Naval
-F14
-Aguas. A4
-Aguas.G8
-Acorazado. B11
-Aguas. G1
-Convoy
Destruyes mis navíos sin piedad, con un sadismo que se te antoja exquisito. Uno tras otro van cayendo y no emprenden retirada; se mantienen estoicamente erguidos. Y no se de donde aparecen refuerzos, porque este combate pareciera llevar siglos y mis bajas cuantiosísimas, y por más buques y acorazados que hundes no te dejo vencer ( no me dejo vencer) la guerra ¿por qúe? ¿por qué no sucumbir al cómodo y tibio sitio de la derrota? Y es porque no está en mis manos; porque combato herida de muerte y ciega de razón, un dulzor de sangre inundando mi boca.
Me niego a nombrar esta ceguera. Me produce repulsión la toxicidad de una relación enfermiza, pero no la puedo soltar.



S/T


No quiero que nadie me robe mis recuerdos. Son mi tesoro más preciado; por el momento no necesito tatuajes en mi cuerpo para recordarme nada, porque ellos están todos a salvo tatuados en como un inmenso mapa en mi mente.
Ríos, montañas, islas y continentes de recuerdos, porque no hay recuerdos buenos o malos; para mi están por sobre la moral. Son sitios comunes, maravillosos y todo un misterio a los que recurro sin hallar ningún peligro.
Los imagino como ríos de palabras, colores e imágenes; como retazos de diarios viejos iluminados por luces tornasoles en movimiento: el Edén de mis recuerdos.
Por eso escribo, para no olvidar.
Y aunque a veces quiera arrancar, huír de todo y empezar de nuevo... como un instinto primitivo me aferro a la balsa de mis recuerdos, me afirmo con desesperación a ellos como a mi propia vida.
Se podría decir que vivo para tener más recuerdos.
Entonces le pongo play a mi mente, cuando todo esta oscuro y pienso que no hay como seguir, veo hacia atrás y me doy cuenta que hubo risas, que hubo abrazos, amores, traiciones y rencores... que hay tanto vivido y ¡tanto! más por vivir, tantos lugares por visitar, olores que oler y más recuerdos que rememorar.
Y que sí, que ahora duele, y no va a dejar de doler el ponerle cabeza, pero que más da. Olvidar jamás.
y como dice aquella parábola que me cuenta mi mamá: esto también pasará.