ese donde te tenía tan cerquita que el magnetismo se disolvía en latidos
en torrentes de vida.
Quiero imaginar que ese beso torpe fué eterno,
que ese silencio brevísimo era música
en las cosquillas de la manta sobre mis pies.
Quiero y te quiero
de una manera absurda, pero tan verdad
como los movimientos telúricos de mi yo
que se retuerce con cada contacto.
Te quiero como por inercia,
por consecuencia y sin origen.
Te quiero como por y cuanto
te maldije.
Quiero soñarte otra vez,
otra y mil más
Quiero soñarte porque es fácil soñar.
Porque soñarte es soñar con entrañas,
piel de tambor y fogatas quemadas.
Porque cuando sueño (y solo cuando sueño)
tal vez no me dañas.
Únete conmigo al sueño
y hagamos de él un lugar habitable
que entre máscara y juego se ha de asomar
esa certeza inevitable.
