Friday, June 26, 2020

Hijo de la Yuta

Hijo de la yuta me enseñaron a decirte mis amigas. 
Para no ofender a las compañeras trabajadoras sexuales.
Tépido me da por decirte,
tibio culiao.
Que ganas de haberte escuchado gritar,
quizás si alguna vez hubiéramos llorado mirándonos de frente me partiría con un sentimiento más magnánimo,
pero no me dejaste palabras,
solo tuve una pasajera tibieza de plumavit.
Qué pasa si el misterio del túnel de tus ojos es que nunca hubo nada al final?
Y tu voz que tanto esperé solo se alzó para decirme ya no te quiero
Alguna vez vino la persona que más querías y te amarró una bomba al cuerpo?

E l   d o l o r   r e c l a m a   s a n g r e 

y yo quiero renacer en el baño tibio de tu dolor.



Empatía sanguinaria


Cuando me imagino que estoy frente a ti teniendo esa primera conversación después de que me pusiste una bomba y te fuiste, se me salen los colmillos, se me erizan todos los pelos, las uñas se me afilan y casi me sale espuma por la boca. 
Me dan ganas de arrancarte un pedazo de cuello con los dientes y que vuele sangriento por los aires. 
Que caiga al suelo.
Todo para hacerte sentir siquiera un pedacito de todo este dolor de mierda. 
Solo para hacerte entender, provocar una especie de empatía sanguinaria.