Saturday, November 07, 2015

Monólogo inicial, obra sin trama

Yo tuve un mellizo, nació un día después que yo. Yo tuve un mellizo y lo perdí en una tormenta. Yo tuve un mellizo, él le temía a los truenos y yo a la oscuridad y en las noches de invierno jugábamos a hacer sombras en la pared. Yo tuve un mellizo, él creyó que se enamoró de mi. Yo tuve un mellizo, medía 5 centímetros más que yo y teníamos las manos del mismo porte. Yo también creí que me enamoré de él. Pero eso estaba mal y él se subió a un barco. Yo tuve un mellizo y ya no lo tengo más. 
Cuando me pierdo de mi en las noches de invierno, me acuerdo que nos gustaba jugar en el lago a sumergirnos, a ver quien pasaba más tiempo sin respirar. Y me dan ganas de encontrarme debajo del lago pero esta lloviendo. Está lloviendo y no hay nadie en la calle. El agua de esta ciudad es asquerosa. Gris. Cual habrá sido el último color que viste? Me duele el ombligo. Cada vez que llueve me duele el ombligo. Me duele porque me falta un órgano. Me faltan un para de ojos, un par de hombros, un par de manos para hacer juegos de sombras! Ahora cuando está oscuro ya no se temerle a la oscuridad. Y temo por no temer. Despierto sin saber quién soy. 
Yo tuve un mellizo, pero su piel era dorada. Me subí al árbol más alto la noche que partió. Desde la cima se veía el mar. Mar de mierda. Ombligo de mierda. Mi piel en cambio es verde, verde como las piedras del lago. No hacía ni frío ni calor. Ni un sonido, ni un pájaro, ni una canción. Te debería haber amarrado a ese árbol. Amarrados los dos al árbol, comernos el árbol, vivir de él, sacrificarnos en él para que nadie tuviera que ver. Me quedé ahí esperando, jamás me hubieras dejado ahí. La noche se cerró sobre el mundo. Mi pequeño mundo. Me quitó el aire, el oído. Yo tuve un mellizo pero el mar se lo tragó.

Friday, June 12, 2015

Es mentira

Es un día de invierno en el medio del verano. No puedo evitar recordarte a ti. Es algo oscuro, una señal de muerte cómo cuervo y aún así algo cargado de magia. Me recuerda a ti y al día en que tomé las peores decisiones posibles. Abro la boca y me corriges. La palabra que dije mal, el tilde mal puesto... el delineador negro quedó más grueso de un lado y mis ojos te resultan turnios. Corregibles, toda yo errada, fallada, repulsivamente incorrecta. Yo sólo testeaba a tu memoria. Tú sólo me devuelves la mía, como un espejo. Como un escupo. Tengo frío y mis capilares estúpidos pensaron en ti. Como si hubiera en ti calidez. Este frío me pone muy tonta, muy torpe, se me caen las cosas, se me destapan los pies. El velo del tiempo se vuelve muy fino, se trasluce el ayer. Y sin embargo el aura mágica me hace creer. Cómo en los comerciales de navidad. Me hacen creer que aún es posible esa colina luminosa, esa alameda de llena de sol. Sueño un tú irradiando luz dorada cuando todo lo que siempre te ha rodeado es plomo y cemento. Te sueño y todo se sale de orden, el equilibrio anhelado prueba ser de humo. Te sueño y necesito tomarte, sostenerte. Abrazarte para siempre, cuidarte para siempre y prometer y reprometer "no voy a dejar que nunca más te pase nada malo". Despierto como si me hubiera pasado encima un tren ¿Qué pasó? Dónde estuve, dónde estoy. La imagen de tu cabeza en la acera, de conciencia casi perdida. Dónde estás, qué te pasó. Silencio y una realidad ajena, distinta, soleada, me mira con frialdad indiferente. Y de pronto cae la resaca al cuerpo, que castiga a los que viajamos en el tiempo. Nada fue verdad, tú estás lejos, lejísimos. Y yo simplemente en mi cama destrozada por una imagen que no es nada. Unos dedos torpes intentan escribir un mensaje que no enviarán, que ya no se atreven ni a sugerir de toda la hiel que han recibido porque todo esto no son más que traiciones de la memoria y la memoria por más que uno insista no es compartida.



12/14-06/15

Saturday, May 30, 2015

Do what you gotta do - Okkervil River

Man, I can understand how it might be 
Kind of hard to love a girl like me 
I don't blame you much for wanting to be free 
Man, I can understand how it might be
Kind of hard to love a girl like me
I don't blame you much for wanting to be free
I just wanted you to know
I loved you better than your own kin did
From the very start
It's my own fault for what happens to my heart
You see I've always known you'd go
But you just do what you gotta do
My wild sweet love
Though it may mean I'll never kiss your sweet lips again
Pay that no mind
Just find that dappled dream of yours
Come on back and see me when you can
Well, I know they make you sad
They make you feel so bad
They say you don't treat me like you should
Folks got ways to make you feel no good
I'd guess they've got no way to know
I've had my eyes wide open from the start
And boy, you never lied to me
And the part of you they'll never see
Is the part you've shown to me
So you just do what you gotta do
My wild sweet love
Though it may mean I'll never kiss those sweet lips again
Pay that no mind
Just find that dappled dream of yours
Come on back and see me
Come on back and see me when you can

Sunday, April 26, 2015

El Anillo de Sauron [monólogo de obra sin nombre]



Estoy intentando escribir este personaje con fidelidad pero no se si puedo. Por que él es para mí cómo el anillo de Sauron. Sí, Sauron. Me acerco mucho y me ciega, me traga, me obnubila, me saca de mis cabales y entro en un trance en dónde las cosas se ven borrosas y todo se confunde. Ahí me puede ver un ojo con fuego, me mira intensamente y me culpa. Perdón, perdón, perdón por ser así, perdón por ser burguesa, perdón por ser tan niña bien. Me culpa y me quiere puro matar. Y quiero ese mundo fullcolor de tonos saturados. Quiero sufrir como se sufre en el teatro. Griego. Y si es necesario vivir en una de vivienda social de esas con subsidio que anuncian en la tele ¡Vamos! Y si quedo embarazada antes de terminar la u y tengo que llevar a mi cabro chico al consultorio con un chaleco tejido a mano y los mocos colgando ¡vamos también! Que futuro más brillante y soñable. Y cuando el fuego del ojo me empieza a achicharrar, me duele la piel y en lo negro aparezco en la Blondie, a los 15, suena música oscura y la voz canta en lenguas. Tengo un vestido negro que nunca tuve, uno de encaje, y una gargantilla negra ceñida al cuello. Espero que algo pase, algo importante, pero no se que es. Me abrazas por la espalda y me besas. Somo dos adolescentes bailando en la Blondie. Pero a mi nunca me dejaron ir a la Blondie, ni teñirme el pelo y mi ropa negra mi mamá la quemó cuando ese esquizoide se metió a la catedral a matar al curita. “Ninguna hija mía va a ser de los matacuritas”. Matacuritas matacuritas, tu y yo los matacuritas besándonos en la Blondie con la boca llena de petazetas.

Nadie baila en los paraderos

-Nadie baila en los paraderos - me dijiste una vez. Era una noche de verano y no hacía ni frío ni calor. En la oscuridad las luces de los autos se reflejaban en los espejos de los rascacielos, la luz de neón del paradero nos daba de costado jugando con nuestras sombras. No había nadie más. No, nadie baila en los paraderos, pensé y me sonreí cuando te daba la espalda. Con una culpa que no es culpa porque me llenaba el cuerpo de risa. Con la idea de que con mi naturalidad en cosas que no lo son te estaba engañando de quién si era yo. Y es que tu sorpresa era tan genuina y tan alucinada, tan deliciosa. Que quería ser la niña que baila en los paraderos para ti, quería ser esa nube de locura y despreocupación, quería ser lo que sea que tu quisieras que yo fuera. Y ahora me pregunto si mentía cuando bailaba en el paradero. -Yo sí - te dije y seguí haciendo puntas de ballet sobre la línea amarilla de la acera, jugando con mi sombra que se alargaba a cada paso que me alejaba. Los autos pasaban rápido a mi lado y a mi me parecían mi orquesta, un fondo, un mundo tan lejos, tan ajeno. Sentía una brisa fría en la cara que me recordaba que no estaba soñando, que esto era verdad, que estaba pasando lo que tenía que pasar. Destino. Deseo. Si alguna vez creí en alguna de esas cosas en ese fragmento de tiempo estuve ahí y era la más feliz del mundo. Y pienso que no, que no te mentí cuando te dije que yo si bailaba en los paraderos. Porque la niña que estaba ahí contigo sí bailaba en los paraderos.