Las palabras son un problema.

Las palabras son un problema... y si nos quedamos callados un rato largo y dejamos que las palabras que burbujean en cada roce se queden dentro de cada uno? El placer egoísta palabras; que te provocan por dentro en su cosquilleo desesperado por escapar del cuerpo y convertirse en sonido. Truco inútil el silencio ante la eminente conceptualización de los mil y un estímulos que significa la lucha de un cuerpo por equilibrar temperatura con el ambiente que no es sino otro cuerpo que vibra en sonido contenido. Truco inútil, placer delicioso retener los verbos hasta hacer ebullir el cuerpo es cosquillas descolgadas de un cerebro.
 Y leer en tu respiración las palabras perdidas, inexistentes y pequeñas al lado de las sensaciones y los colores que evocan en mi cerebro la conexión exquisita de tu mano sobre mi piel. Inventar un nuevo lenguaje, uno menos mentiroso, en donde las cosas se saborean como son, desde un magnetismo mágico de saber donde te acaricio para que compartas mi pulso y que entiendas los sonidos que escapan de mi sin pasar por mi cabeza.
Lenguaje nuevo de latidos, de roces enervantes, de olores que se saborean, de lucha de temperaturas de pies que se empuñan nerviosos, de texturas y de alientos.